Inspirándose en una tierra ricamente plantada de olivos y llena de historia milenaria, la familia Kotsonis lleva más de cuatro generaciones cultivando sus olivos.
Desde principios del siglo XX, el sabor del aceite de oliva de la finca fue especialmente apreciado por los consumidores. A partir de entonces, la familia, siguiendo de cerca los avances en la producción de aceite de oliva de calidad, creó la primera prensa de aceite mecánica e hidráulica de la región, considerada la más moderna para su época. Esta decisión, fruto del amor de los Kotsonis por la calidad de sus productos, da un nuevo impulso a la producción pero también al crecimiento a al Pago. Desde entonces, la familia se dedica a la elaboración de aceite de oliva de calidad, gracias a la singularidad sensorial de la variedad autóctona Manaki de Argos.
En 2007, la finca Kotsonis volvió a evolucionar y dedicó parte de sus olivares al cultivo ecológico, mucho antes de la tan publicitada locura de los consumidores por los productos ecológicos. Es así como hoy la familia Kotsonis utiliza los métodos de extracción más avanzados disponibles manteniendo desde hace 4 generaciones el mismo objetivo: respetar la tierra dándole el cuidado que se merece y sacándole el mejor resultado posible.
Micenas y el Peloponeso, o el cultivo del olivo desde hace más de 5.000 años
Las ciudades de Micenas y Argos, cuna de la mítica dinastía Atreida, eran famosas en la Antigüedad por su riqueza en oro pero también por la fertilidad de su suelo, en una civilización que honraba el cultivo de la tierra al igual que las artes y las artes. letras.
Las tablillas Lineal B encontradas en Micenas y Pilos dan testimonio de una economía basada en el comercio de aceite de oliva. En los ideogramas que se encuentran en estos tableros aparecen 3 representaciones diferentes vinculadas al olivo: el árbol, el fruto y el aceite, testimonio de la importancia que los pueblos del Peloponeso daban al olivo.
La familia Kotsonis forma parte, por tanto, de esta tradición del Peloponeso, que vive en una naturaleza a menudo aún virgen, repleta de olivos y de una biodiversidad asombrosa. Perpetuando así esta relación de vida y pasión por el olivo.
El Peloponeso, tierra de olivos desde hace 5.000 años, también sigue practicando la famosa “filoxenia” griega. Si tienes la oportunidad, visita el Pago Kotsonis y conoce a Mado Kotsonis, actual gerente, quien te presentará su olivar a través de las actividades de oleoturismo que ofrece.